viernes, 14 de agosto de 2015

¿Y por qué está tan mal visto mirar al pasado de vez en cuando? ¿Por qué no te fijas en quién piensas cuando te dicen "pasado"? ¿Por qué comienza una lluvia cargada de recuerdos? ¿Por qué sonríes al recordarlos? ¿O por qué una lágrima se desliza por la mejilla? Yo puedo darte mi razón, un nombre y un apellido, así en sinónimo, y recuerdos, muchos recuerdos, en plural. Que ¿por qué te echo de menos? o ¿por qué los echo de menos, sí en plural, a los recuerdos? Esas noches en las que en tu pecho se me cerraban los ojos viendo tu serie favorita y tú me despertabas, cuando me despertaba entre tus brazos, cuando me abrazabas por detrás viendo cómo se ponía el sol, cuando te tomabas un batido con un sandwich, cuando pedíamos telepizza todos los viernes, cuando nuestros cuerpos se fundían, cuando discutíamos por quién quería más a quién, cuando bajábamos a la piscina de madrugada, cuando no me dejabas fumar, cuando me decías que era un moniyo, o cuando hacíamos los tontos hablando en idioma "bebé", cuando te enfadabas por que me metía contigo, cuando pronunciabas mi nombre, qué bonito sonaba, jamás me pareció tan bonito hasta que te escuche decirlo, cuando discutíamos por que manchaba tu coche, cuando no sabías aparcar, cuando me dibujabas una sonrisa en la cara. cuando te dejaba notitas debajo del libro de civil, cuando me abrazaste por última vez, es algo que jamás olvidaré, en la puerta de mi casa, no podía parar de llorar, o cuando se te saltaban las lágrimas cuando te preguntaba por qué me querías, ¿Por qué alguien que conoces tan bien puede volverse de un día a otro un completo desconocido? No hay ninguna respuesta para ello, pero ¿cómo puede todo quedarse en un simple "nada dura para siempre"? Y cuando me refiero a todo hablo sobre todas nuestras memorias, sobre nuestra historia, algo que sólo tú y yo conocemos y con eso me quedo. Te quiero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario